El Amor, tiende a formar un árbol emocional que se ve empobrecido si las relaciones y la comunicación están bloqueadas. Cuando los sentimientos no fluyen debido a los miedos y el odio, el Amor Puro queda apagado y no da frutos.
También la indiferencia es falta de Amor. Y no hay nada más doloroso y cruel que mostrarse indiferente hacia el que sufre …
El Amor, con mayúscula, desaparece para convertirse en otra cosa, seguramente en algo desdichado y mezquino; un amor vengativo, interesado, controlador, manipulador, egoísta… que crea sufrimiento.
Cuando el Miedo es la savia, nos sentimos aprisionados en el temor a ser heridos, humillados, despreciados, a no ser correspondidos, a no ser merecedores…. nos negamos a nosotros mismos vivir en el resplandor del Amor Puro.
Cuando en nuestras raíces está el Odio, el cual sabe muy bien disfrazarse y adoptar diferentes formas para simular, entonces decimos muy convencidos: «yo no odio a nadie. Yo no siento odio»……
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